Hace 5.000.000 de años
Aparecieron en África central los primeros humanoides, los Australopithecus. Gracias al clima cálido y su poca evolución, no necesitaban cobijo y el fuego aún era desconocido. Comienzan a moverse hacia el norte y a evolucionar al Homo Habilis.
Entre 1.600.00 y 200.000 a.C
Durante este periodo, el Homo Habilis evolucionó al Homo Erectus. Estos pasan por una evolución que los lleva a construir las primeras chozas y moradas artificiales. Estas eran de planta ovalada de 8-15m de largo por 4-6m de ancho. Las paredes estaban hechas de ramas cubiertas por arena y sujetas por unos postes interiores que sostenían la cubierta y una viga central. Las chozas estaban rodeadas por un cordón de piedra.
Entre 100.000-40.000 a.C
En este periodo, hay una evolución hasta el Homo Neanderthal. Ahora hay un pensamiento simbolista y comunitario, además empiezan las creencias de la vida después de la muerte. De este modo podemos ver gracias a algunos enterramientos como la estructura social comenzaba a ser más compleja y se valoraba tanto a enfermos como a ancianos. En Irak se han descubierto sepulturas con flores y ramas, incluso alineaciones según el movimiento del sol.
En el 40.000 a.C
Nos encontramos en el último paso de la evolución antes del nuestro, el Homo Sapiens. La capacidad intelectual es mayor a la de sus antepasados, lo que les permite una gran mejora en sus hogares. En Europa oriental se encuentran grandes cabañas de planta circular y forma abombada de unos 9m de diámetro. Se cree que podrían estar recubiertas por pieles. Cerca del río Dniéster, se encontraron restos de cabañas de hace 44.000 y 12.000 años reforzadas con huesos y calaveras de mamuts.
Entre 8.000 y 4.000 a.C
Gracias a la asentación de la agricultura, el Homo Sapiens se sedentariza, dando paso a las viviendas permanentes. Al mismo tiempo, la organización social se hizo más compleja, apareciendo así diferentes tipos de edificios. La primera ciudad neolítica apareció sobre el 5.500 a.C y llegó a tener 10.000. Las casas estaban agrupadas juntas con algunos patios pero sin calles. Las casas de planta rectangular, conformadas por una planta baja y un piso, construidas con ladrillos prensados de adobe y con techos de madera cubierta de barro apisonado sobre esteras vegetales. No había puertas, se ingresaba mediante una escalera y un agujero en el techo.
Entre 4.000 y 3.000 a.C
En este periodo se asientan grandes e importantes ciudades alrededor de los ríos Tigris y Éufrates, creando la llamada Mesopotamia. La arquitectura urbana se realizó con adobe y ladrillo. Los edificios más característicos de la época son los Zigurats. Estos templos contaban con un núcleo de ladrillo crudo, secado al sol y un revestimiento de ladrillo cocido. Estos estaban construidos sobre plataformas, naturales o artificiales, superpuestas y escalonadas con rampas y escaleras ascendentes, a imagen de las moradas de los Dioses.
En el 3.500 a.C
Alrededor del río Nilo, en esta época se asentaban los Egipcios, una sociedad que se desarrolla en base a dicho río. Esto les facilitó cosechas muy abundantes, lo que trajo consigo una vida de gran calidad, haciendo durar esta sociedad unos 3.000 años aproximadamente. La organización de su ciudad se hace en base a dos ejes, el río y el sol, así lograban formar una retícula ortogonal.
Para los egipcios, el edificio público más importante eran los templos, lugares de culto, aprendizaje y adiestramiento de la administración del país. Su resistente arquitectura apenas cambió en sus 2.700 años de existencia, y a día de hoy todavía perduran.
Además, para los egipcios, que la vida acabará tras la muerte no era una opción, por lo que la importancia del culto a los muertos se ve reflejado en las pirámides. A pesar de esto, no es hasta el 2.650 que hay una revolución en la arquitectura y aparece un nuevo concepto, las pirámides escalonadas. Ahora, el material usado es la piedra caliza.
Entre 1.200 y 146 a.C
Durante esta época, los griegos aprendieron de la arquitectura egipcia y la evolucionaron. Ellos centraron la arquitectura en la búsqueda del equilibrio. Cada elemento era trabajado al detalle para complacer a los dioses y honrar a la Polis. Buscaban la perfección en la forma, el detalle y la ejecución para alcanzar el máximo potencial del hombre. Las ciudades crecían alrededor de las fortificaciones en las zonas altas, creando la acrópolis. Las casas eran sencillas, con apenas espacios interiores y con las habitaciones construidas alrededor del patio o peristilo. Las edificaciones se desarrollaban hacia abajo, y la acrópolis junto a los alrededores formaban la polis. Cada ciudad contaba con espacios abiertos de reunión y un Ágora donde se reunían, comerciaban y discutían asuntos de la polis.
Para los griegos, el edificio más importante era el Templo, el cual estaba situado sobre una plataforma escalonada o estilóbato. La fachada se llevaba la mayor atención artística, pues el interior no estaba apenas trabajado ya que no era accesible al público. Llegaron a alcanzar la perfección, pues con técnicas como las ilusiones ópticas lograban evitar deformaciones visuales y dar una perfecta armonía.
Otras construcciones importantes eran los teatros y estadios. Sus proporciones eran armoniosas y su altura permitía ver la polis desde estos.
En el 1.100 a.C
En este periodo, los romanos se expanden alrededor del mediterráneo. Su arquitectura de espacios interiores cerrados y exteriores con grandes escalas solo se ve mejorado tras el descubrimiento del hormigón. A partir de ese momento comienzan a jugar con los espacios interiores, las luces y las sombras. También hubo avances técnicos como el uso en espacios públicos de arcos, bóvedas y cúpulas. Los romanos buscaban la estabilidad, funcionalidad y magnificencia, por eso fueron especialistas en obras públicas como las redes de alcantarillado, acueductos, carreteras, puentes y murallas, además de sus conmemorativos arcos del triunfo. Las ciudades, por su parte, se estructuran de forma ortogonal y de calles rectangulares. En el corazón de estas se encontraba el forum, un lugar con las mismas funciones que el ágora griega pero de forma más rectangular. Además, ordenando las ciudades habían unas murallas y puertas fortificadas. En cuanto a las casas, habían dos principales tipos, la Domus, casas para los más ricos y la Ínsula, edificios de tres o cuatro plantas donde vivían los plebeyos.
Para el culto a sus dioses utilizaban sistemas similares a los griegos, añadiendo dos propios, el toscano y el compuesto. A pesar de sus similitudes con el griego, los romanos tenían más que ver con el naturalismo, la vitalidad y la energía.
No solo se quedaron ahí, pues sus edificios públicos también fueron de gran importancia. Cada ciudad tenía sus termas las cuales tienen una gran variedad de funciones. Los teatros, basados en los griegos pero de mayor proporción. Estos ya no estaban situados en la ladera, sino sobre un sistema radial de bóvedas de hormigón y pilares de piedra, además de ser totalmente semicirculares. También construyeron su versión de estadios e hipódromos, los circos, destinados a carreras, espectáculos y representaciones. Una innovación suya, los anfiteatros. Eran un doble teatro con una escena elíptica que se ayudaba de escotillas y sistemas de elevación para las bestias, además de mecanismos de inundación para sus peleas navales.
Edad Media
Las tribus bárbaras presionan al imperio romano hasta desintegrarlo, paralizando incluso sus construcciones a partir del s.V d.C. Tras su desaparición, la única arquitectura que quedó fueron las iglesias y otros edificios religiosos. La gloria de la Roma imperial fue desapareciendo hasta establecerse un nuevo imperio cristiano, pero junto a este se perdieron técnicas pictóricas, escultóricas y constructivas. Todo el lenguaje clásico de las épocas griega y romana desaparece entre los siglos V y XV, en la Edad Media, pero irá resurgiendo en etapas posteriores.