La obra que he elegido para esta tarea es la Iglesia de la luz, de Tadao Ando.
Este es una iglesia construida en en una esquina en un suburbio de Osaka donde se usa la luz natural que entra por el hueco de luz como centro en torno al cual gira la obra. La innovación es evidente, no necesita una forma o decoración ostentosa para convertirse en un lugar de culto, solo lo más básico y la abertura para la luz.
Está compuesto por una iglesia y una capilla secundaria. Ambas consisten en bloques de hormigón y la principal es un rectángulo de 6x6x18 metros con una entrada acristalada deslizante. El interior se encuentra sin ningún tipo de decoración más que unas luces y los bancos que fueron hechos con partes de los andamiajes utilizados en la construcción de la iglesia y pintados de negro para destacar la abertura en forma de cruz por la que entran tanto el aire como la luz y que da esa sensación de «divinidad» ya que siempre se ha relacionado el concepto de lo divino con la luz que se abre camino entre la oscuridad.
Sin duda una obra innovadora y minimalista de la mano de Tadao Ando que demuestra que con poco presupuesto pero con una gran creatividad y con un objetivo en mente, se pueden conseguir las cosas. Si se busca un lugar de culto espiritual en el que las personas puedan comunicarse con Dios, no son necesarias inversiones multimillonarias, sino darle a los creyentes aquello que necesitan y ayudar mediante la arquitectura a conseguirlo.
